Crear y difundir "Fake News" puede ser delito
En nuestro tiempo, en nuestra época hemos creado el termino «Fake News» como si eso fuera algo nuevo, y denominando con un sonido anglosajón parecemos más modernos, pero es una ostia de realidad enterarnos que es algo tan viejo como el hombre, y que lo denominemos como lo denominemos es algo muy peligroso.
Como ejemplo para ver lo antiguo y peligroso que es, y aunque seguramente habrá ejemplos más antiguos, por su simbolismo hemos elegido la guerra hispano-estadounidense de finales del siglo XIX.
Los «twiteros» de la época, las comparsas y palmeros del momento, personificados en William Randolph Hears (New York Journal) y Joseph Pulitzer (New York World), ansiosos por agradar al amo que les daba de comer y que tenía intereses en Cuba necesitaban noticias sensacionalistas con relación al conflicto cubano-español, por lo tanto publicaron en sus panfletos noticias sensacionalistas sobre el conflicto, pero como les pareció que no tenían la capacidad de manipular lo suficiente y sus amos no estaban contentos con la labor que hacían, enviaron corresponsales a Cuba para que les enviasen carnaza fresca.
Sus siervos personificados en corresponsales no eran capaces de obtener informaciones que satisficieran los deseos de sus amos, ni de los amos de sus amos, por lo que optaron por inventarse muchas de las historias.
En esa época, la patria de la libertad y los derechos, Estados Unidos de América (que ni son unidos, ni son de América) querían comprar Cuba, es conocido que en 1948 ofrecieron 100 millones de dólares, oferta que fue rechazada por España. Antes de comenzar la guerra entre España y EEUU el «Tio Sam» y sus comparsas calentaban los ánimos de las masas con noticias falsas sobre la guerra de Cuba, y como no hay mayor verdad que una mentira repetida 1000 veces la población estadounidense del momento, en su papel de policía del mundo, se creía en la obligación de ayudar a los nativos de Cuba y Filipinas a librarse del opresor español.
Corría enero de 1898 y el acorazado Maine estaba amarrado en el puerto de La Habana, la noche del 15 de febrero de 1989 hubo una explosión a bordo del buque que provocó que este se hundiera y 274 hombres murieran. La explosión -confirmado posteriormente- se produjo por en las carboneras, como había pasado con otros buques de ese tipo por un fallo de diseño.
Pero no era importante el motivo de la explosión, lo importante era que se podía fabricar la noticia, como así queda demostrado por la conversación mantenida entre Frederic Remington, dibujante desplazado a Cuba a sueldo del New York Journal. Ferderic envió un mensaje a William Randolph manifestándole «Todo está tranquilo. No hay problemas. No habrá guerra. Deseo volver», a lo que el «twitero» respondió: «Por favor manténgase allí. Usted proporcione las imágenes y yo proporcionaré la guerra».
El accidente había surgido, y la noticia se fabricaba, la noticia era: «El barco de guerra Maine fue partido en dos por una arma secreta infernal», el New York Journal, catedral del rigor periodístico, llegó a publicar diagramas y planos de los torpedos secretos utilizados por España para el ataque al buque. Este titular fue «retwiteado» por todos los medios de comunicación de la época.
Pues bien mis queridos amigos, ya con la opinión publica manipulada, lo demás ya es conocido y no necesita más explicación, la guerra de Cuba acaba con su perdida y lo que estudiamos en los libros de historia como «la crisis del 98».
Con esto pretendo ilustrar la importancia que tienen, y siempre han tenido las falsas noticias con ánimo de manipular, y continuando nuestro viaje en el tiempo podemos llegar hasta no hace mucho, en donde aparecía una publicación en twiter con un video que mostraba 45 segundos de imágenes en donde un hombre pegaba a una mujer y le intentaba bajar los pantalones, junto al video un mensaje: “Aquí tenéis el vídeo del MENA marroquí de Canet de Mar. A esos que le vamos a dar una paguita hasta los 23 años, los niños de Pedrito Piscinas. Por cierto, luego para más inri la viola, estos energúmenos y estas manadas de marroquíes no saldrán en los medios”
Pues ni MENA, ni marroquí, ni Canet de Mar, el video se correspondian con hechos ocurridos en China.
La Audiencia Provincial de Barcelona considera que los hechos (los de verdad) constituyen un delito de odio con agravante de difusión en internet, considera la Audiencia que el video se publicó «movido por su animadversión y rechazo a los inmigrantes».
El resultado: 15 meses de prisión y 1620 euros de multa.
Parece que es la primera vez que hay una condena por la difusión de falsas noticias, pese a que tenemos constancia de su existencia y de sus graves consecuencias desde hace más de 100 años. Los magistrados de la Audiencia han redactado una sentencia ejemplar que ojalá tenga seguimiento por otros órganos judiciales cuando se den casos similares.
Los jueces tienen que imponer sentencias en base a la legislación que existe, pero nuestros políticos, encargados de modificar la legislación para corregir estás situaciones, llevan 100 años sin darse cuenta de la importancia de estas conductas y su repercusión, quizá sea el momento de montar una comisión en el Congreso y pasarse otros 100 años debatiendo de su importancia.
Mucha suerte amigos.