Los Juzgados se pronuncian sobre el "movimiento interno"
En el año 1031, tras la caída del califato omeya, el califato de Córdoba se dividió en 39 pequeños reinos, conocidos como los Reinos de Taifas, cada uno con un soberano, unos beréberes, otros eslavones, incluso muladíes…. En Zaragoza gobernaban los Banu Hud, en Toledo los Banu Zennum, en Granada los Ziríes y en Sevilla los Abasíes.
Estos reyezuelos eran muy débiles e insignificantes, más aún si los comparamos con el modelo del califato omeya.
Estos califatos se asentaron en lo que fue el Califato de Córdoba, que no llego al entonces reino de Navarra, pero hay quién quiere reinar como estos soberanos, y puesto que en la provincia de Álava (situada en lo que por entonces era Reino de Navarra), no se instauró ningún reino de Taifas parece que hay quién lo añora y lo quiere instaurar, y convierte la Comisaría de Policía Nacional en su propio Reino de Taifas, para ello convoca plazas al margen de toda norma, y las resuelve a su antojo, igual que Nerón movía el pulgar el circo romano.
Pero igual que los reinos de Taifas tuvieron una vida corta, y el reinado de Nerón acabo con un golpe de estado que también fue el final de la dinastía Julio-Claudia, por parte de Alternativa Sindical de Policía ponemos todo el empeño en perseguir las conductas arbitrarias, que al margen de toda norma, y toda lógica, imperan en la vida diaria de esa y otras Comisarías, donde de nuevo, y no será la última vez, los tribunales nos dan la razón, sonrojando a los dirigentes policiales que parece que no atinan a impartir sus órdenes con respeto a la legalidad, y deben ser enmendados una y otra vez por el Tribunal Superior de Justicia.
En esta ocasión, esos “concursillos”, o “movimientos internos”, o como en cada sitio se llamen, convocados y resueltos por el capricho del responsable de turno, perjudicando y truncando los legítimos intereses y expectativas de muchos compañeros a los que les deniegan una plaza para dársela de forma arbitraria a otro, han sido anulados por el Tribunal Superior de Justicia.
Desgraciadamente no esperamos que aprendan de sus errores y no vuelva a suceder, igual que los responsables policiales no esperan que dejemos de denunciar todas las ilegalidades que cometen con nuestros afiliados, y en el caso de que esperen que cesemos en nuestro empeño, el tiempo les sacará de su error.